estoy a «dos velas»

… (¿Literalmente hablando?) …

Estoy en casa escuchando música (normalmente la de siempre) que tengo descargada en el móvil o al ordenador y a veces me da el punto y «me enchufo» al YouTube. Soy un poco clasico en este aspecto y por eso la mayoría de veces busco una canción que ya he escuchado miles de veces y según ese criterio me van sugiriendo otras canciones y así me entero o veo alguna novedad. Al parecer, hasta aquí todo correcto pero lo malo viene cuando encuentro alguna canción que aunque ya la he escuchado montones de veces pues la vuelvo a poner. Viendo ese videoclip, pues me acuerdo de cosas. Y no creo que sea solo yo, sino que a ti también te ha pasado que cuando escuchas una canción por primera vez, con alguien y haciendo algo, pues de alguna manera (que mi capacidad no da para explicarla) se te queda grabada en el coco; y por curioso que parezca, se te queda todo el momento menos la canción. Este sonido es la llave que abre el cajón de este recuerdo. Siguiendo este patron te puedes acordar de cosas buenas: bonitas, alegres e incluso románticas o (quien sabe) pasionales pero una canción también te puede recordar cosas regulares tirando a malas o muy tristes. Lo más interesante de esto es que desde el primer segundo hay un interruptor en el celebro que hace click; desde ese momento la canción es solo un ruido de fondo que acompaña tu recuerdo.

Imagen decorativa; Foto por Min An en Pexels.

Tengo que confesar que tengo mi propia colección de canciones y que «desgraciadamente» … me gustan. Pero estas canciones son las llaves de los cajones de mis recuerdos que compartía en un momento dado con alguna/s personas y por algunos motivos, en el presente ya no comparto nada con esta/s personas. A veces me entra el bajón (no lo voy a negar) pero en otras me siento liberado y fuerte. Estas sensaciones son causa/efecto según que hice o que me hicieron y es por eso mi sentimiento de culpabilidad o liberación. Gracias a ciertas personas soy más fuerte que ayer y más débil que mañana pero también estoy en deuda con personas inocentes que me tendieron la mano ofreciéndome la moneda del amor. Con los ojos vendados y a cambio de nada, esperando sinceridad y amor incondicional. A las personas que me hicieron fuerte les pague el precio pedido pero las que me querían tal y como era les cogí la moneda y … simplemente me di la vuelta. […]

Antes eras mi cuadro favorito, pero hoy me esfuerzo por acordarme de tu rostro. A ti, que me hiciste tanto bien y no supe compensarte lo y a ti que me hiciste tan fuerte, ahora no te necesito, sal de mis pensamientos. Siento que cada vez te veo menos y eso es un sentimiento de alivio para mi.

En el presente me siento bien aunque no acompañado y siento que esa persona esta a punto de llegar.

No soy la suerte ni la mala suerte de nadie como tampoco soy una opción, un plan B o de lo contrario la unica opción de nadie. Soy tu elección cuando tu serás mi elección. Me has elegido porque yo también lo hice.

Nuestra elección se hará a través de nuestra inocente mirada, primera caricia y buscar el imán de nuestros labios. En ese momento, no habrá respuesta que dar, solo dejar al corazón que hable…

Mientras tanto, sigo esperando … A dos velas 🙂

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